viernes, 24 de agosto de 2012

Papá, mamá, hijos y el tío televisor



Por: Jairo A. Cardenas A.

Qué bien seria decir que hoy por hoy la familia colombiana se sienta frente al televisor a observar su contenido y ser una audiencia activa y responsable. Pero en realidad, cuanto nos falta para llegar a esto.

El televisor ha dejado de ser aquel imán que unía a las familias en la sala y se ha convertido en un apéndice que acompaña cada habitación de la casa. En otras palabras, hay televisor pa´ todo el mundo.

En un momento se sientan cuatro al frente del televisor de la sala; papá, mamá, hijo e hija (típica familia de novela). El papá con control en mano empieza a dar una ronda de todos los canales y programas que hay en el momento. No han pasado cinco minutos cuando ya se ve sentado solo en el sofá.

Mary, su hija de 15 años se levanto cuando vio un especial de “E Entertainment” sobre los latinos más bellos y ahora se encuentra en su habitación acompañada de ellos. Camilo, su hijo de 9 años vio en la ronda de su padre una sesión de fotos en la mansión Play Boy y de un brinco corrió a su alcoba, donde nadie lo moleste. Y doña teresa, la señora de la casa ya sabe que su esposo se detendrá en el mismo canal deportivo de los últimos 20 años, así que mejor se va en busca de su novela lejos de los goles y jugadas de ESPN.

De esta manera se fragmenta una familia promedio en Colombia y en muchos lugares del mundo. Vemos a niños y jóvenes viendo producciones que no son aptas para ellos sin la compañía de un adulto que los guie. Pareciera que la cortina tan conocida de “este programa puede contener sexo o violencia moderada, se recomienda que los menores estén acompañados de un adulto responsable” pasara desapercibida y solo llenara un espacio de advertencia que obliga la ley.

Últimamente me ha llamado la atención el término “televisión niñera”. Y es que simplemente es una realidad que nos ha acompañado a lo largo de las últimas décadas. Niños “ensotados todo el día en la televisión” (palabras del humorista-sociólogo Andrés López) sin la compañía de sus padres, siendo educados únicamente por su amigo fiel el televisor.

Los padres no pueden dejarle la educación de sus hijos a un electrodoméstico de la casa. Aun no conozco al primero que le diga “papi” a una licuadora y espero no conocerlo. La televisión es una herramienta maravillosa para toda la familia siempre y cuando este no atente contra la misma integridad de ella.

No siendo más querido lector, le dejo esta decisión en sus manos. Si quiere algún dia ver a su hijo como un hombre de bien, regálele un libro y un poco de su tiempo. Pero si lo quiere ver como reprimido, adoctrinado y conformista, póngalo a ver “Aló Presidente” todos los domingos en Venezolana De Televisión.

Twitter: @Jairo_Cardenas7


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